lunes, 20 de octubre de 2014

Eterno y Rojiblanco amor.

By: @Cercismo

Querido Atleti:

Cómo explicar a alguien lo que es quererte de esta manera, cuando ni yo mismo lo entiendo. Cómo explicar la forma en la que condicionas mis sentidos, mi estado de ánimo, mi vida, cuando hay gente que no comparte esta locura. Como diría aquel: "Sólo entiende mi locura quien comparte mi pasión". Cómo explicar que eres algo más que un equipo, algo más que un escudo. Eres algo mucho mayor de lo que la vista o la razón puedan alcanzar, eres parte de nuestro día a día, porque sin ti, no valdría la pena sentir.

Empecé a quererte desde muy pequeño, aunque apostaría, sin miedo a perder, que ya dentro de la barriga de mi madre se empezaba a fraguar mi amor por ti, no obstante, es un sentimiento que se hereda de padres a hijos, algo con lo que naces. Apenas contaba con 5 años cuando hiciste historia allá por el 96, cuando te coronaste Rey absoluto de España. No entendía porqué, en el colegio, era de la absoluta minoría que te querían. Y es que nosotros nunca hemos sido demasiado de ir a lo fácil, a lo seguro. Nosotros, los que te queremos, estamos hechos de otra pasta y por mucho "hazte del Madrid" que escucháramos, seguíamos fieles a nuestra locura.

Hay quienes lamentablemente, lo que es el orgullo puro. Es ser un niño e ir contra viento y marea. Aguantar burlas y risas y por ello preguntarnos aquello de "¿Por qué somos del Atleti?" Eran otros tiempos, afortunadamente han quedado atrás. Aunque siempre estaremos orgullosos de de ti, así lo demostramos cuando bajaste a los infiernos. Bajaste de categoría pero incrementó nuestro orgullo, nuestras ganas de estar contigo, nuestras ganas de amarte más cada día. Nuestras ganas de estar contigo, a tu lado, como toda la vida. Siempre has sido el motivo de nuestro orgullo, el mayor de todos.

Y ahora mírate... Quién te ha visto y quien te ve. De los infiernos a la más dulce de las glorias en poco más de 10 largos y duros años. Simplemente estás donde has de estar. Donde mereces. Trabajando y creyendo. Y para que algunos digan que es cuestión de suerte, cuando sabemos que jamás de los jamases, el esfuerzo no se negocia. Hacía falta quien hurgara en lo más profundo del corazón rojiblanco, y tenemos el privilegio de contar con él. Diego te ha devuelto la grandeza, nos ha dado vida. Es curioso y divertido a la vez ver como antes éramos el vecino simpático, el juguete con el que muchos se divertían, y ahora odian jugar contra nosotros.

Diego nos ha devuelto un nombre. Una identidad la cual pensábamos que estaba en el más alejado y oscuro de los limbos. Y sin embargo ahí estamos, luchando, yendo partido a partido, luchando cada segundo, cada minuto. Jugando cada partido como si fuera el último. Haces que el orgullo de quienes os amamos sea más grande cada día, algo que a priori se antojaría imposible, pero tú eres capaz de todo. Haces que nuestro vello se ponga de punta cuando en el 90' corréis aun estando destrozados, porque morís por nosotros igual que nosotros morimos por vosotros, como dijo un buen día una leyenda que hoy sonríe mirándote desde el tercer anfiteatro.

No cambio las previas en el Calderón por nada del mundo. Gracias a ti he conocido a gente que, a día de hoy, es parte fundamental de mi vida. Es inexplicable lo que uno siente cuando encara el vomitorio camino de su asiento y en cada escalón que avanzas, el verde y el templo se apoderan de todo tu campo de visión y de que cada latido de mi corazón, de nuestro corazón, sea ya para siempre tuyo.

Te doy las gracias por existir y por formar parte de mi existencia. 23 años a tu lado, y hasta mi último aliento y más allá, diré que estoy orgulloso de formar parte de ti. Orgulloso de ser del Club Atlético de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario